martes, 5 de junio de 2012

Querido Diario. Cap. 2

-Narra Él:
15 de Marzo de 2010, faltan apenas unos minutos para que suene el timbre y que para que ella este posada en el felpudo esperando a que abra la puerta. Mis padres por suerte no están en casa, así no me preguntaran cosas sobre ella que aún no se. Vamos a hacer un trabajo, posiblemente hoy no lo acabaremos y tendrá que venir mas veces a mi casa...o yo a la suya....espero que no, no por miedo ni nada, pero es mas fácil estar con ella en un ambiente que controlo.


-Narra Ella:
16 de Marzo de 2010. Ayer fui a su casa, estuvimos haciendo el trabajo pero también me enseño su "pequeño refugio". Era una habitación no muy grande, las paredes estaban llenas de posters y a un lado había una cama pequeña y justo en el techo había una pequeña ventana que daba al tejado, en una de las paredes estaba situado el escritorio con un montón de cómics encima, en el espacio entre la estantería y el escritorio había una especia de cuadro con un nombre, me acerqué para verlo mejor y pude comprobar lo que ponía. Al leerlo me gire de pronto buscándole, no estaba, había desaparecido sin que yo me diese cuenta. Salí del cuarto buscándole por todos lados pero como no le encontré decidí llamarme, no me sabía su nombre y entonces fue cuando recordé lo escrito en el pequeño cuadro y grite: "Iván, ¿donde estas?" Como de la nada salio de debajo del mirador, se quedo mirándome y dijo: "Aquí cogiendo unas cosas, no tardo." Me desconcertó su manera de mirarme, era de miedo pero miedo ¿de que? No lo entiendo, a veces actúa normal y otras es misterioso y extraño. Tal vez sea eso lo que mas me gusta de él. 


-Narra Él:
16 de Marzo de 2010. Ayer estuvo aquí, justo aquí, sentada en la cama mirando de un lado a otro, de arriba a bajo. Jamás voy a olvidar su cara era de alegría, parecía una niña pequeña sonreía a todo y recorría la habitación de un lado para otro gritando: "Bua, esto me gusta, ais esto me encanta. Jo me encanta tu cuarto." Que mona estaba, con sus trenzas morenas, sus gafas y su bolso colgado del hombro. Mientras ella observaba las mil fotos que tengo pegadas en la pared bajé abajo a coger el portátil. Entonces oí como una voz me llamaba por mi nombre, me asomé y era ella ¿como había descubierto mi nombre? Tal vez había descubierto el cuadro que bordó mi abuela con mi nombre, sí, seguramente sería eso.  Subí corriendo, no quería que se sintiera incomoda. Las horas iban avanzando y nosotros hacíamos el trabajo entre risas y carcajadas. La habitación se llenaba de luz cada vez que ella sonreía. Llego la hora de que ella se marchase a casa, baje a acompañarla y en la puerta me dijo: "No es justo, yo se como te llamas pero tú aún desconoces el mio. Me llamo Lucía, encantada." Me dio un beso en la mejilla, me sonrió y se fue dando pequeños saltitos, me quede boquiabierto. Cada día me gusta mas. 

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