domingo, 30 de diciembre de 2012

Prométeme un para siempre. Cap. 9.

Hoy hace justo dos meses que Beto y yo nos dimos nuestro primer beso. Dos meses del comienzo de una nueva historia, que tal vez, sea para siempre.
Mamá se alegra mucho por mi, sabe que Beto me hará feliz. Intenté disimularlo los primeros días, pero a ella no se le escapa nada y tuve que contarle todo con pelos y señales. Mientras le contaba sus ojos se iluminaban, parecía una niña pequeña. Ya esta mejor de todo el tema de Ricardo, ya apenas lo nombra y no anda cabizbaja por la casa. Ahora esta entretenida en un pequeño huerto que esta criando en el invernadero. Se pasa las horas allí, es como su pequeño refugio.
He dejado el tabaco, bueno, casi. Me han "convencido" que es muy perjudicial para mi salud, pero aunque lo sé, alguna vez que otra caigo y me fumo uno o dos.
Beto está apunto de pasar a recogerme y estoy atacada. Me he probado mil conjuntos, pero a todos les saco alguna pega. Al final acabaré con un jersey y unos vaqueros, lo veo venir.
No se que coño habrá preparado ya que me dijo que me llevase ropa de abrigo, y yo pensé '¿Para qué, si yo lo que quiero es que me la quites?'.
Estoy muy nerviosa y no logro estar parada en un sitio. Es una sensación extraña, como una mezcla de los nervios que tienes el primer día de clase y la emoción que sientes cuando estas en un concierto de tus ídolos.
Justo cuando he acabado de prepararme suena el timbre. Al final he optado por unos leggins y un jersey nuevo que tenía por ahí guardado. Le doy un beso en la mejilla a mamá y me hace prometer que  no volveré tarde,cosa que sabemos las dos que no cumpliré, y que llevaré cuidado.
Bajo y Beto me está esperando en la calle, lleva una especie de bufanda en la mano. Le doy un pequeño beso en los labios y a él se le escapa un 'ummm'.
-Y bien, ¿donde vamos?-
-Es una sorpresa, ya lo verás.-Me guiña un ojo y se coloca tras mía. Me habla mientras me tapa los ojos con la bufanda. No paro de rogarle que me cuente más y eso parece divertirle porque comienza a reírse y a hacerme cosquillas por todos lados.
-Te odi-Le intento decir, pero no me deja acabar la frase. Me rodea con los brazos y me besa.
-Sé que no.- Y me señala el coche.
Subimos en el y comenzamos el camino. El trayecto se me hace eterno. Tengo miedo por que no se si estoy haciendo lo correcto, no se si acabaré perjudicada. Tal vez me precipité al decirle que quiero un para siempre a su lado pero en esos momentos yo lo quería todo con él. Y ahora también, joder. ¿Que estoy diciendo? Le quiero, mucho, demasiado. No me importa si se convierte en adicción, para nada, porque será la adicción más sana a la que me pueda enganchar y quien no arriesga, no gana y yo quiero arriesgar, darlo todo por él, para que sea feliz, para que se sienta querido, para que sepa que jamás me voy a marchar. Porque le quiero y le necesito en mi vida.
El coche se para y Beto se baja. No se donde estamos, no se oye nada de nada. Parece querer escucharse el ruido del viento en los árboles, pero muy flojo. 
Intento salir del coche pero no puedo, lo ha cerrado y me ha dejado a mi dentro. Comienzo a gritar como una loca y Beto da golpecitos en el cristal.
-No pasa nada, Alis, estoy terminando. No te quites la venda y no grites por favor.-Y oigo sus pasos. Mierda, me tengo que quedar aquí parada sin hacer nada.
Al rato vuelve y me saca del coche. Afuera no hace mucho frío, de vez en cuando viene un poquito de aire y eso me gusta. Me coge de la mano y me dirige hasta un punto concreto. 
Se posa detrás mía y me abraza. Estamos así un rato hasta que Beto rompe el silencio.
-¿Estas preparada?-
-Si.-Le respondo y acto seguido me desata el nudo con cuidado para no tirarme del pelo. Cuando me la quita me tengo que frotar un par de veces los ojos porque no veo nada. Cuando consigo ver algo noto un escalofrío y como mis ojos empiezan a llenarse de lágrimas. No me lo puedo creer. 


Holis :3 Quiero saber cuanta gente lee la 'novela', así que si la lees te pido por favor que hagas RT a este tweet. Para alguna reclamación ->   twitter. Gracias :3

viernes, 28 de diciembre de 2012

Prométeme un para siempre. Cap. 8.

Llegamos y nos esta esperando para comer. La comida resulta ser muy vergonzante para mi. La abuela no para de intentar emparejarme con Beto y él le sigue el juego. Los dos parecen dos niños pequeños.
Cuando acabamos de comer Beto decide que vayamos al parque para que así me cuente todo lo sucedido con Vanessa.
Llegamos al parque pero hoy esta distinto. Todo esta cubierto de un bonito manto blanco de nieve. Unos niños juegan a tirarse bolas de nieve y cuando pasamos junto a ellos nos miran y silban. Pensarán que somos pareja o algo. Pero no creo que eso pase nunca.
Nos sentamos en nuestro banco, el más alejado de todo el parque. Me siento a lo indio encima del banco mirando hacia él. Me mira y me acaricia la rodilla.
-Bueno cuando quieras puedes empezar...-Tal vez no debería haberle dicho nada, pero no aguantaba. Quiero saber todo, todo y todo.
-Las primeras semanas estábamos bien, pero luego las cosas cambiaron.- ¿Que cosas? ¿Yo? ¿Fue porque aparecí yo de nuevo de la nada? Me doy cuenta que me estoy mordiendo las uñas y paro. Me mira y sonríe.-Y ayer le dije que no podía seguir con ella, que pensaba que la quería, y que la quiero, pero no como la debería de querer. Ella necesita a un chico que la quiera, que la sepa valorar y que la haga feliz día a día y que él también lo sea-
-¿Es que tú no eras feliz?-El corazón me late. Se gira y me mira.
-No del todo, porque yo solo puedo ser feliz con...-Y mira hacía adelante. Estoy nerviosa. Me tiembla todo.
-¿Con quien?-Quiero gritarle, que lo, diga que no me haga esperar. No me contesta. Y me pongo más nerviosa.-¿Eh?-
-Yo solo puedo ser feliz si estoy a tu lado, contigo, día tras día, minuto tras minuto.-Y se acerca a mi. Sus labios están junto con los míos. Cierro los ojos para disfrutar del beso. No es mi primer beso, pero si uno de los mejores. Nuestros labios se funden y noto como lucha por meter la lengua. Le dejo ganar y nuestras lenguas juegan. No me importa si nos ve mucha gente, no me importa nada. Solo él. 
Se despega de mis labios y me mira. Los ojos le brillan como jamás había visto que le brillasen. Su sonrisa es preciosa y solo me dan ganas de comérmela. 
-¿Y esto?-Solo soy capaz de articular esa palabra.
-Esto lo llevaba esperando hacer mucho tiempo, desde que te conocí. Cada instante he soñado con este beso. Porque jamás he logrado olvidarte. Ha habido muchas chicas que han pasado por mi vida, pero ninguna me ha dejado la huella que tú me has dejado. Ninguna me ha marcado tanto. Me da igual si una vez me hiciste daño, solo quería sentir lo que se sentía al besarte. Y ahora ya lo sé.-Y me entran ganas de llorar. No me lo puedo creer, ha estado siempre enamorado de mi.
-¿Y que sentías?-
-Que todo se paraliza, que quiero quedarme así para siempre, que te necesito para ser feliz. Y que quiero hacerte feliz.-Y vuelve a besarme, tal vez esperando a que yo me separé, pero no, no lo hago. Yo quiero también quiero quedarme así para siempre, solo que por ahora me lo callo.- ¿Y tu...?-
-¿Yo? Que deseaba esto con todas mis fuerzas. Que llegaras y me besaras, que me dijeras que me querías. Tal vez esto siempre ha estado dentro de mi y ahora es cuando debe salir.- Y le cojo de la mano. Nos levantamos y nos besamos. Seguimos besándonos y abrazados. Y le susurro en la oreja un 'Sé que es pronto, pero prométeme un para siempre.' Una sonrisa vuelve a dibujarse en sus labios y se abren para decir un 'Te lo prometo.'

Prométeme un para siempre. Cap. 7.

Los días pasan rápido, tal vez demasiado. Faltan pocos días para Navidad. Estas navidades están siendo un poco tristes. Mamá se esfuerza por aparentar que esta bien, que no pasa nada y que lo ha superado. Pero sé que es todo lo contrario, sé que todas las noches llora por cada uno de los golpes recibidos pero sobre todo porque ha vuelto a equivocarse. Y eso debe de doler mucho, enamorarse, confiar en alguien, darle todo lo que puedas, intentar que sea feliz cada instante que este a tu lado para que luego te rompa y te haga heridas que jamás podrán cicatrizarse. La vida te da lecciones, unas buenas y otras demasiado malas. No todo es bonito, no todo son sonrisas. Sé que todo esto algún día me pasará factura, me costará mucho creer en el amor y mucho más en para siempres porque en esta casa nos han durado menos de media hora.
Oigo que llaman en la puerta de mi cuarto, pero yo sigo inversa en mis pensamientos.
-Alissa cielo, me acaba de llamar la tía y me ha dicho que si me quiero ir con ella a Londres para dos semanas que dura la conferencia...no quiere irse sola y ha pensado que yo necesitaba...Bueno, tú también puedes venir con nosotras.-No le contesto, no me apetece hablar, solo quiero meterme bajo las sábanas y no salir jamás. Hoy no estoy de humor.-¿Alissa, me oyes?-
-Em..sí mamá, id vosotras, tranquila, yo me quedaré aquí. Estaré mejor.-Trago saliva, necesito llorar pero no quiero que me vea.
-¿Seguro?-Y asiento con la cabeza.-Vale, voy a decirle que voy con ella. Pero tú tendrás que ir a comer a casa de la abuela. Dormir si quieres puedes hacerlo aquí.-
-Vale.- Y suelto un suspiro. Me gusta ir a casa de la abuela.

Me acabo de despertar y miro el despertador. Son las 11:30 y por lo que veo mamá aún no ha vuelto. Hoy es Navidad.
Me dirijo a paso lento hacia la cocina y me preparo un buen bol de cereales. Enciendo la tele pero no hay nada que me interese. Las películas de Navidad son siempre lo mismo y ya aburre. 
Suena el teléfono, pero no lo cojo. No me apetece hablar con nadie. Salta el contestador, es mamá diciendo que no podrá llegar hoy, que hay tormenta de nieve. Menudas Navidades.
Me visto rápidamente y salgo a la calle. En la calle me cruzo con quien menos quiero ver en estos momentos. Intento hacer como que no le he visto y sigo caminando, pero no se rinde y me grita. 
-¡Alis! ¿Es que estas ciega?-Se acerca corriendo hacia mi.
-Si.-Le contesto muy borde. No estoy para risas.
-Tranquila peque, no pienso hacerte daño.-Y ríe. Y eso me enfurece aún más. 
-Ja, ja, ja. Muy gracioso Beto. Me encantaría quedarme a charlar contigo pero debo irme.-Y echo a andar. Pero no se rinde y me sigue. Me pone mil escusas para que me pare, para que hablemos. Pero nada.
-Vanessa y yo lo hemos dejado.-Bingo. A dado en el clavo. Me paro y hace una mueca. Lo sabía, sabía que con esto me iba a parar.
-¿Que? Ay Beto, lo siento mucho, perdona, perdona. Es que hoy estoy de mal humor.-Mierda. La he cagado pero bien, él solo quería desahogarse.
-JAJAJA Tranquila, no pasa nada. Yo estoy bien. Te invito a comer vamos.-Y coge de la mano.
-No puedo. Le he dicho a mi abuela que iría a su casa a comer y no puedo fallarle...-Antes de acabar la frase se me ocurre una idea. Saco el móvil del bolsillo y marco rápidamente. Beto hace gestos y yo me río. Cuelgo y vuelvo a él.- Mi abuela esta encantada de que vengas a comer.-Y le vuelvo a sonreír.
-Pe..pe..pero Alis, no es necesa.-
-No hay mas que hablar. Vienes y punto.-

viernes, 14 de diciembre de 2012

Prométeme un para siempre. Cap. 6.

Me levanto y me siento a su lado.
-Esto...Beto yo..yo no pretendía hacerte..- Y no me deja terminar la frase, pone su dedo índice sobre mis labios.
-Tranquila pequeña, no es culpa tuya, he sido yo, no se porqué lo he echo. No debería, si se enterase...-Y su tono de voz va disminuyendo.
-¿Enterarse? ¿Quién?-Tal vez no debería haberlo dicho, pero el corazón me va a mil.
-Conocí a una chica, y ella y yo ahora estamos....juntos.- Y noto una punzada en el corazón. Siento algo que no se muy bien que es, por una parte me alegro pero por otra sin embargo... Él sigue hablando, pero no me apetece escuchar su historia. Esta contándome que la conoció en el campus, que es alta y rubia y viene de una familia rica. Es un año mayor que él y estudia idiomas. En resumen, una pija, pija, pija, pija. Todo lo contrario a mi.
-Me alegro.-Y le sonrió para que no note lo que estoy empezando a sentir.- Y...¿Cómo se llama?-
-Vanessa.- Y tras escuchar el nombre no puedo evitar acordarme de la típica frase de 'La que te la pone tiesa.' JAJAJA Pija con nombre de choni, la mezcla ideal JAJAJA. -Pronto la conocerás, y seguro que hasta os haréis amigas.
-Si, amiguisímas.-Tengo que aguantarme la risa, pero Beto se da cuenta y me mira con una cara un poco extraña.-Lo digo en serio.-Y me pongo seria para dar más credibilidad a mi frase.
-Te creo. Bueno tengo que irme, he quedado..- Y me mira con cara de cachorrito abandonado.
-Anda vete, pero antes, ayúdame a recoger todo.
Se va y vuelvo a quedarme sola. La cabeza me da vueltas, necesito un cigarrillo.
Subo en busca de mi chaqueta, MIERDA, debí olvidarme el paquete en casa de Beto, voy a enviarle un¿PERO QUE COÑO ESTOY DICIENDO? Él esta con su novia siendo feliz, y no tengo porque molestarle. Él disfrutando y yo, yo aquí hablando sola. ¿Y porque hablo sola? Ay dios, necesito un cigarro ya.
Es casi de noche y mamá no tiene que tardar mucho, le dejaré una nota para que no se preocupe.
Me pongo mi gorro de lana y camino decisiva hacia el estanco. Lo bueno que tiene este pueblo es que te venden tabaco aunque tengas 17 años, a ellos les da igual con tal de que les compres.
Cuando vuelvo a casa la cena esta casi lista. Durante la cena mamá pregunta que quien ha traído las melosas y no me queda mas remedio que contarle parte de lo sucedido con Beto. Cuando acabo sonríe feliz, para ella es como un hijo suyo y se alegra de que sea feliz pero como a cualquier madre no se le escapa nada.
-¿Todo bien, cielo?-Me dice mientras recoge la mesa.
-Pues claro, me alegro mucho por Beto porque sé que es feliz. Y eso es lo único que importa.-Y a la frase le faltaría un 'pero me gustaría que lo fuese conmigo.' pero sonaría egoísta y no estoy preparada para decir eso, o al menos todavía no.
Me voy pronto a la cama aunque no consigo dormir. Esta siendo un fin de semana un tanto ajetreado  primero la discusión y luego lo de Beto.
Aún no se lo que siento por él, si es amor o simple atracción, pero es que cuando estoy con él todo se paraliza, me divierto a su lado y soy feliz con él. Me encanta cuando mi mira y me sonríe  cuando me llama por cualquier mote idiota, cuando simula estar enfadado conmigo pero sobre todo me encanta cuando me abraza porque me siento protegida en sus brazos, cuando me aprieta contra ellos y me promete que siempre estará a mi lado. 
Tal vez haya estado todo este tiempo 'enamorada' de él, tal vez no quería admitirlo y tal vez ahora sea demasiado tarde. No puedo decirle nada, no puedo hacerle esto ahora que él es feliz. No quiero volver a hacerle daño. El mismo daño que un día le causé.

Prométeme un para siempre. Cap. 5.

Son las 4:30 y mamá acaba de irse. Estaba en la ducha interpretando una de mis mejores canciones cuando oigo mi móvil sonar. Llego justo a tiempo para cogerlo.
-¿Digamelón?-Dije con una sonrisa en los labios. Las duchas cuando estoy sola me sientan genial.
-Melón.-Dijo la voz del otro lado del teléfono. Obviamente había reconocido la voz pero me apetecía seguir el juego.
-No, lo siento, aquí no hay un melón.-
-Uno no, pero seguro que dos sí.-Y le oigo reírse.
-Serás cerdo, siempre estas igual.-
-No Alis, eres tú quien me incita a pensar mal. ¿Que haces?.-
-Hacer poco, acabo de ducharme e iba a secarme el pelo, estoy sola y no creo que tenga otra cosa mejor que hacer.-
-Pues sí que tienes, me debes una comida, bueno una merienda. En 15 minutos estoy allí.-Y me cuelga y vuelve a dejarme sin palabras. Siempre me hace lo mismo.
Cuando acabo de secarme el pelo me pongo enfrente del armario y no se que coño ponerme. Sé que solo vamos a estar en casa, pero no se, quiero estar 'mona'.
Suena el timbre y como siempre llega puntual. Le abro y descubro que lleva una bolsa colgando de la mano derecha.
-¡Eh! ¿No me has dicho que esta vez invitaba yo?-
-Pues claro, además no son para ti, son para Claudia. Las he visto en la pastelería y no he podido resistirme perdón si...- Que mono por dios, sabe lo mal que lo esta pasando mamá con todo esto e intenta sacarle una sonrisa.
-Tranquilo Beto, seguro que le sacas una sonrisa. Muchas gracias.-Y noté como mis ojos se estaban empezando a llenar de lágrimas.-Anda pasa, no te quedes ahí.
Dejo la bolsa encima de la mesa de la cocina. Mientras estoy preparando un par de sándwiches  mando a Beto a mi cuarto a por el mantel de la bandera de Inglaterra. 
Tarda un rato en bajar y cuando lo hace trae una sonrisa de bobo en la cara. ¿Que habrá echo? Espero que no haya encontrado el cajón de..No, no creo que haya sido tan capullo de bajarse algo de ahí.
-¿Sabes? Hacía mucho que no entraba en tu cuarto. Esta muy cambiado, aunque el cajón...-Y se echa a reír como un loco. Lo sabía, lo ha abierto.
-¿Que has echo? Me estas empezando a dar miedo.-Y me mira y se ríe.- Joder, no, que vergüenza- Y no puedo evitar ponerme colorada. En ese cajón hay demasiados recuerdos y fotos vergonzosas.
-JAJAJAJAJAJAJAJAJA ¿Porque lo dices? Ni que hubiera fotos en las que sales desnuda metida en una bañera.-Y rompe en carcajadas, rueda por el suelo del jardín señalándome y partiéndose el culo. 
Sabe el coraje que me da que hagan eso y lo único que quiere es picarme. Intento desviar la mirada y no caer en su juego, solo quiere que ataque contra él. Tardo poco en morder la cuerda y caer en su juego. Me abalanzo hacía el, empieza ha hacerme cosquillas y yo grito cada vez  mas fuerte. Estamos riendo y con la respiración cortada, estoy de nuevo debajo de él y él encima de mi. 
Nuestras miradas se cruzan. Me veo reflejada en sus ojos. Me sonríe y le devuelvo la sonrisa. No se porqué me muerdo el labio inferior, pero él debe tomarlo por indirecta porque sus labios en un abrir y cerrar de ojos se encuentran a pocos centímetros de los míos. Tiene los ojos cerrados y yo decido hacer lo mismo. Noto su respiración muy cerca y se lo que viene a a continuación y la verdad no me importa, es un simple beso o tal vez no..tal vez..le quiESPERA, ¿Porqué tarda tanto? ¿Porque sus labios no se han juntado con los míos ya? 
Abro los ojos y me lo encuentro sentado en el mantel con la mirada perdida y por la expresión que tiene dibujada en la cara me tiene que decir algo, y algo me dice que es malo.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Prométeme un para siempre. Cap. 4.

Ha estas horas las calles están llenas de gente con las manos repletas de bolsas. También hay parejas que van cogidas de la mano y parecen muy felices. Como me gustaría estar así, enamorada de alguien que también lo esta de mi, poder decirle te quiero millones de veces sin cansarme, desear besar unos únicos labios, querer estar con él a todas horas. Necesitar sus abrazos para seguir adelante. Pero aún no ha llegado el momento y a veces dudo de que llegue. 
Llego a la puerta de casa, la verdad me da miedo entrar por lo que me pueda encontrar. Y algo me dice que esta vez es diferente, tal vez por la llamada a mamá por como tenía el tono de voz o por intuición mía. No se, pero espero equivocarme. 
Entro en casa y me la encuentro en silencio. Parece que todo esta en orden. Me dirijo hacia el salón en busca de mamá y compruebo que no está. ¿Donde esta? ¿Donde se ha metido? Comienzo a preocuparme cuando entro en la cocina y tampoco hay nadie. No se donde buscar más, en los sitios que suele estar no hay nadie. Miro a través de la ventana y me la encuentro sentada en una silla en el jardín. Cuando estoy cerca de ella se vuelve hacia mi y me sonríe amargamente. 
-Mamá, perdóname por haberme ido ayer así, sin decir nada, pero no aguantaba más, se pasa mamá, se pasa.- y me eché a llorar, necesitaba descargarlo todo, había aguantado demasiado. Me levantó la cara con sus manos suaves  y mientas me secaba las lagrimas me di cuenta que tenía el labio hinchado. 
-¿Que es esto? ¿Te ha pegado?- Y empecé a temblar.
-No...es que me.. di.. con..-La corté, no podía más.
-TE A PEGADO JODER, ¿Y NO HACES NADA, EH? ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ MAMÁ.-
-Se ha ido, le he echado, para siempre.-Y gira la cabeza, sé que esta llorando, y todo por culpa del gilipollas de Ricardo que lo único que hace es hacerle daño. Pero estaba ciega, hasta ahora,  y en parte la entiendo, ella quería buscar una segunda oportunidad y la encontró, pretendía que fuese bien, pero eligió mal. La pobre siempre ha tenido mala suerte, con su primer novio todo iba bien hasta que se quedó embarazada y cuando él se enteró le abandonó. Mi madre apenas tenía 17 años cuando tuvo que renunciar a casi todo por mi, le costó mucho volver a creer en los hombres y encontrar a la persona adecuada para criarme. Y ahora pasará lo mismo, pero con una diferencia, ahora estoy yo para ayudarle a seguir adelante, para demostrarle que no nos hace falta un hombre para ser feliz. Le devolveré las ganas de vivir, igual que hice un día en su momento.
Comimos en silencio y mientras fregamos los platos, tras mucho esfuerzo logré convencerla para que fuese a pasar toda la tarde a casa de la abuela, para que se olvidase por un momento de todo aquello. Para que borrase la tristeza por unos minutos de su cara y sacase la mejor sonrisa de todas, porque eso para mí, es lo mas importante.