miércoles, 16 de enero de 2013

Prométeme un para siempre. Cap. 11.

Me despierto y es de día, estoy en tumbada en la cama y con la misma ropa que me puse anoche, ¿que ha pasado? ¿me quedé dormida? ¿subí sonámbula?
Me froto los ojos y veo que al lado del despertador hay un folio doblado por la mitad. Lo cojo y lo leo 'Buenos días bella durmiente. Te has quedado dormida por el camino, estabas preciosa y me daba pena despertarte, así que te he cogido en brazos y te he subido hasta tu cuarto. Claudia no se ha enterado de nada (o al menos eso creo) Me gustaría quedarme contigo, pero sé que me matarías. Dulces sueños, mi vida.'
Aprieto la carta contra mi pecho y la guardo cuidadosamente en el cajón. 
Salgo de la habitación y mamá me espera con el desayuno en la mesa.
-¿HAS ECHO CHOCOLATE CALIENTE?-Me relamo los labios cuando acabo de decir la frase. Me encantan los días en los que mamá hace chocolate caliente, porque eso implica de que esta feliz.
-No grites. Sí y ahí tienes los barquillos, la nata donde siempre.- Pero que cielo que es mi madre, me ha comprado hasta los barquillos, así es imposible no quererla.
Cuando acabo le doy un beso en la mejilla y ella me responde una sonrisa radiante. Vuelvo a mi cuarto y el móvil brilla, es un mensaje de Beto 'Buenos días. ¿Tienes algo que hacer?' y hago un esfuerzo intentando recordar si tengo algo que hacer 'Buenos días y gracias por lo de anoche. Pues creo que no tengo nada que hacer, es sábado.' Uno de mis grandes lemas, no hacer nada que requiera esfuerzo mental los sábados. Tarda poco en llegar su contestación 'Bonita. Me apetece pintar hoy mi cuarto, ¿lo pintamos juntos?', me pienso bien la respuesta y al final le contesto un '¿Bonita?Prrr, como quieras, no tengo nada mejor que hacer.' Esta vez la contestación tarda en llegar 'Sí, y mucho. ¿Me paso por tu casa a las 3?' Le doy un toque a modo de respuesta y ordeno el cuarto. Me asomo al balcón, hace un día genial para estar a finales de Febrero. Hay mucha gente paseando a sus mascotas y un grupo de niños que aún  juegan con los regalos de Reyes. Mi casa está un poco a las afueras y desde aquí, muy a lo lejos, puede verse el bosque. 
Llega rápidamente la hora de irme. Cuando paso al piso Thomas nos espera impaciente y noto como su mirada recorre mi cuerpo, me siento bastante incómoda. Está sentado en un sillón, me sonríe y le devuelto la sonrisa. 
-Cuanto tiempo sin verte Alis.-me dice con tono amable.
-¿Ya se me echaba de menos por aquí?-
-Pues claro jajajaj ¿Que tal todo? Bien, supongo ¿no?- Siento una pequeña punzada, el pobre no sabe nada. Ni Beto tampoco.
La conversación acaba con un 'si' mio a medio pronunciar, sonrío a Beto para que no note nada y nos vamos al cuarto.
Todo está empapelado, no quiere manchar nada. Veo que una gran sábana un tanto vieja cubre la cama.
-Jo.- le digo y le miro con cara de pena. Suelta los botes de pintura y me dirige hacia la cama. Nos tumbamos encima de la sábana. Me desabrocha los botones de la camisa y yo le desabrocho los vaqueros. Acto seguido desabrocha el mio y mete sus dedos en mi. Los mueve deprisa y eso me mata. Estamos apunto de hacerlo cuando de pronto...



Hola, hola :3 Bueno, lo de siempre, dar RT a este tweet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario