miércoles, 16 de enero de 2013

Prométeme un para siempre. Cap. 12.

-Beto oye que- Thomas acaba de abrir la puerta sin llamar y cuando nos ha visto se ha quedado blanco, se ha dado media vuelta y ha cerrado. Beto está colorado y al verle así me da un ataque de risa. 
-¿De qué te ríes tu ahora?- Me dice mientras se abrocha el pantalón.
-De ti, de la situación, del pobre de Thomas, pero sobre todo de tu cara JAJAJAJAJA- Me pongo de pie y echo una mirada a la habitación.- Bueno, ¿por donde empezamos? ¿Y como lo quieres?-
-Pues....blanco el fondo y con los pinceles pintamos rayas o lo que sea.- Me dice mientras abre una lata.
-¿A lo loco?- La verdad es que no le he entendido bien y no quiero cagarla.
-A lo loco.- Y me sonríe y automáticamente se dibuja una sonrisa en mi cara, es inevitable sonreír cuando las personas que considero importantes para mi lo hacen, porque eso es lo más bonito que puede pasarte, que les hagas feliz y que no tengan miedo a demostrarlo.
Hemos pintado la mitad de la habitación, busco a Beto y me lo encuentro de espaldas sin camiseta. Está agachado y en esa posición esta muy pero que muy follable, si por mi fuera me lo tiraría en este mismo instante. Se da la vuelta y el sol se refleja en su torso, me ve como recorro con la mirada cada parte de su cuerpo. Me muerdo el labio inferior. 
-Para, por favor, deja de hacer eso.-Me dice mientas se acerca ami, me besa y muerde mi cuello mientras que con las manos recorre mi cintura.
-El-me besa y no me deja hablar-que...-
Doy un paso atrás para acercarme a la cama y sin saber como tropiezo por error y hago caer una de las latas de pintura sobre mi.
Beto ríe al ver mi reacción, había conseguido no mancharme mucho y ahora voy y lo jodo todo. Ahora estoy echa un puto cuadro, tengo pintura hasta en el pelo. 
Beto sigue riendo  y entonces es cuando una idea se cruza por mi cabeza. Me levanto y me tiro contra él, haciéndole caer también también al suelo. Me abrazo a él y consigo mancharle.
-¿Pero cómo has sido capaz?-Y corre hacia mi y yo sigo pintándole de todos los colores por todas partes. Damos un par de vueltas por la habitación, tropezamos un par de veces con los plásticos  Tengo la respiración alterada y ya no puedo correr más, pero hago un último esfuerzo y salgo de la habitación en dirección del salón. A mitad del trayecto Beto consigue pillarme.
-Te vas a enterar.- Y me hace cosquillas y me tira pequeños mordiscos por todos lados. Yo sigo gritando e intentando escapar pero no lo consigo. Los dos estamos agachados y yo me retuerzo de dolor, no puedo más, me duele todo.
De pronto un carraspeo de garganta y una tos se oye. Beto mira hacia adelante y yo me giro. No puedo creer lo que estoy viendo. Es ella y de la mano de Jose.

No hay comentarios:

Publicar un comentario